martes, 30 de junio de 2009

Noche de Aquelarre en la Taberna ( I )

Aquelarre de Francisco de Goya

Noche de Aquelarre en la Taberna (I)

Hace mucho, mucho tiempo, los seres del Bosque de Amor Brujo realizaban rituales y reuniones mágicas donde abundaban la bebida, la comida, los cantos y bailes esotéricos, reminiscencias de ritos paganos para obtener favores de entes superiores, fiestas de celebración que hoy recordamos y revivimos en…


Noche de Aquelarre en la Taberna

Ya es la noche de aquelarre
de sortilegios y embrujos;
nos pondremos nuestras galas
y el que quiera…va desnudo.
La Taberna está dispuesta
para sentirnos a gusto;
Pencho preparó las mesas
y colocó los anuncios:

“ Para noche fascinante
y no sufrir infortunios,
entre usted a la Taberna,
(la más mágica del mundo)
venga acompañado o sólo
aquí se admiten los grupos;
la única condición
en la cual insisto mucho
es pasárselo estupendo
en el sarao nocturno.
Se encenderán las hogueras
sin falta, a las doce en punto;
podéis cantar y bailar
y al Baco rendirle culto.
Serviremos las bebidas
mezcladas con ron y orujo
más las pócimas secretas
que no revelo a ninguno".

No faltéis al aquelarre
entes vivos o difuntos;
lo que cuenta en esta noche
es armar... un gran barullo

Phoeby ©

***

Mira qué debastadoramente atractivorra y arrasaora va nuestra Fivita Cha, Cha, Cha con su corpiño requeteajustáo ¡Toma yaaa...! Y yo, pardilla de mí, disfrazada de Rana Gustavo, reportero más dicharachero del charco entero... Es queee...

Aquí Mim desde el nido de los grajos Ahoravasylocuentas en “to lo arto” de la rama más amarilla del Sauce Milenario, como enviada especialísima para la mediumtrasmisión en vivo y en directo de los conjuros aquelarreños que acontezcan en tan esperado e insigne por escalofriante y mortalmente erótico-emotivo-sesuá, fiestorro aquelárrico.

El Bosque, engalanado para la ocasión, está precioso, queridos seres fantásticos, tan negro, tan lúgubre, tan excitantemente terrorífico... y la Taberna de la Luna ¡Una explosión de luz y color, enduendamente hechicera! Gigantescas hogueras la circundan, y miles de fuegos fatuos cuelgan, corren y saltan a su libre albedrío, en un brillante mano a mano, o luz a luz, con las pizpiretas luciérnagas. Las Brumas Tímidas y Nieblas Incipientes, engalanadas con tules pintureros de arco iris y tenues mantos de destellos de luz de luna, se contonean coquetuelas inundándolo todo con su halo más erotiquísimamente misterioso y mágico.

Dentro de la taberna, todas las mesas, hasta aquella olvidada en allende de la semipenumbra, se encuentran exquisitamente dispuestas, dotadas de todo tipo de artilugios de diseño, p'a comé y p'a bebé, escoltados por miles y miles y más miles de velas negras, rojas, verde duende y amarillo limón, embadurnando el ambiente con sus delicados perfumes de azahares, ácido azufrítico y sutiles rachas apaparajotadas. Hay pucheros humeantemente elitistas, escogidos cuencos de verde médula sicodélica, selectos cubiertos de fina madera amarilla, y todo ello, sobre finos manteles de fugaces hilos de telarañas plateadas, vigilados y cuidados por sus arañas diseñadoras, vestidas de etiqueta y asistidas por reales búhos de plumaje engominado y pajarita de las nieves en el cuello.
Reatas de atentos y serviciales duendecillos dicharacheros, junto a "cienes y cienes" de gnomos bonachones y muchos más de demás seres mágicos sin identificar, se hallan por doquier en posición protocolaria, a la espera del tan ansiado momento de atender, complacer y ponerse a disposición de los invitados, pa lo que sea menester.
Y todo esto, mis queridos oyentes y leyentes seres fantásticos, por cortesía de nuestro magnánimo tabernero, Pencho el Duende (instigado, estimulado y acuciado de cerca con un látigo de 3 puntas, por nuestra dulce, incansable, animosa y plurimágica Fivita, para que no se descuide y cumpla sus labores de anfitrión)

Se servirá una cena fría, cuasi efímera, con delicatesen espirituales de emociones variadas, revuelto de gusarapos en costra aromatizados al crisantemo mustio, huesitos de santo pocho a la llama incandescente, pinchitos de ojo tuerto caramelizado y salteados con nata de caracol ajetreado, bien rociado con sendos porrones del exquisito pura sangre reserva del 69, pocimado en las nobles barricas de estaca de limonero de la insigne bodega de Orillica del Bosque.

Ya están llegando los primeros asistentes al desmadre, que digaaa... Aquelarre.
Remurciélagos ¡Qué lujerío! Las señoras llegan hermosa y embrujadamente ataviadas con todo tipo de tules, gasas, plumajes, extrañas viscosidades, delicadas escamas, pieles y condensaciones brillantes de todo tipo, conocidos y por descubrir, de una belleza y hechicerío extraordinarios. Eso sí, todo de color negro y de una sutileza y transparencia descocadamente escandalizantes.
Los señores, más discretos, con sus mejores y brillantes túnicas, encopetados, orgullosos y sapientísimos gorros, variopintas y relucientes varitas mágicas habituales. Otros, ya saben ustedes vosotros, quienes, los gentiles más tradicionales y conservadores, llegan luciendo elegantes capas de bandolero de serranía rondeña, catite, botos rocieros y bastón, en vez de varita, y así a ojo de buena bola de cristal, paréceme apreciar, a través de las aperturas casuales de sus capas, que un buen número de ellos, llevan tanga de piel de rabo de lobo negro salvaje.
He de brujear que están apareciendo personajes, no sé si magos, hados, mentalistas o ensayistas de fórmulas pocimeras nuevas, que en vez de gorro brujo, llevan pañuelos rojos atados a la cabeza, en vez túnicas o capas, camisa blancas desabotonadas a media pechera, calzones, chaleco, botas de punta fina y un objeto, que más que varita mágica, parece, que lo es, uno de esos modelos de faca de innato poderío varonil, y muchos amuletos colgando sobre sus varoniles, velludos y morenazos torsos, que dejan ver esas camisas abiertas.
También están llegando esqueletos, algunos enteros, otros incompletos, y la mayoría, perdiendo piezas por el camino, eso sí, con una marcha y una juerga todos ellos, que pa qué os cuento. Espíritus serios y circunspectos unos, y revoltosamente cizañeros y gamberretes, otros.
Y diablillos, demonios, angelitos rebeldes e inconformistas, y ufff... hasta Ogros, Salamandros, Elfas, Ninfos, Sirenos, Tritonas, y...
A ver, a ver... Una sultana pequenita montando un unicornio sin alas de color lila irisado con lunares coloráos ¡Por cien bandas de murcielaguillos imberbes! Pero si es... Es...

¡Ah, no! Viendo lo que estoy viendo, y mediumneando lo que mediumneo, servidora no se queda en “tó lo arto” de este antro pajarero, ni un minutico más. Me voy volando ara mismito p'abajo p'a La Taberna, que esto se está poniendo ¡DE MUEEEERTE...! Yujuuuuuuuu...

Penchooooooo... Uys, que no me había dado cuen… Chacho ¡qué guapo estás vestío de pingüino, zagalico!

Mim ©
Allá en la madrugá...

***

Paseando por el bosque me dirijo a la taberna. A lo lejos ya vislumbro su imponente chimenea. Poco a poco voy andando, pensativo; ya estoy cerca. Tán ta-ra-ran-tan, tan tán. (¡Ojo a la onomatopeya!) Me detengo unos segundos mismo al lado de la reja. Toco otra vez con garbo. El silencio es la respuesta. Voy y empujo con el hombro; he logrado que se abriera. Miro dentro y no me asombra: ¡la cabaña está desierta! En el fondo, arrinconadas, muchas sillas y las mesas. Hay objetos destrozados junto a pócimas y velas, y un cacharro muy extraño del color de la frambuesa. Pero, ¿dónde están las brujas? ¿Qué pasó con sus calderas? Me da miedo el panorama (Estoy rojo de vergüenza…) ¿Dónde están todas las hadas, hechiceros y las elfas? Se habrán ido a otro lugar, pues aquí acabó la juerga. ¿Quién podrá venir ahora a curarnos esta pena? ¿Será el Pencho, o cualquier ente, quien nos brinde los poemas? Yo me siento desolado, pues me invade la tristeza.

Cole ©

***

No le extrañe Señor Cole
ver vacía la Taberna;
en la noche de aquelarre
fue desmedida la juerga.
El bosque se iluminó
al son de ígneas hogueras,
con los cantos y los bailes
de sugerentes poemas.
Lo que pasa es que usted
( infatigable poeta)
se marchó con su gachí
al inicio de la fiesta,
mientras otras nos quedamos
cuidando a la concurrencia:
que no faltase de nada…
que se sirviese la cena…
y que cada ser presente
encontrase su pareja.
Fue una ardua labor
pero tuvo recompensa,
disfrutamos del sarao
aún siendo cenicientas.

¡¡¡ Ésta Pencho me la paga.
Palabrita de una meiga !!!

Phoeby ©

***


¡Error! Grave y fatuo error, Mister Cole de la gentileza llameante.
La obnubilación de la tórrida orgía aquelárrica vivida, os debe estar nublando la visión y las percepciones supraeróticas.
La Taberna sigue llena. Más que llena ¡Abarrotá!
Afina tu roja visión y tus puntiagudas orejitas, mira y percibe... ¿Los ves? ¿Los oyes? Tos ahiiii... alaaaaaa... ¡Por doquier! ¡A diestro y siniestro! Y muchos ya, pidiéndome reconstituyentes del 69 doble para recuperar fuerzas y seguir con el aquelarre. Vengaaaaaa... Que no decaigaaa... p'a eso está el pobre de Pencho, que ni respirar me han dejado en toica la noche, sobre todo la tiranilla ésta de meiga vampiresa, Fivita, que si no fuera una florecilla de azahar limonera tan mágica, en macizo de hortensias la había convertido ya . Siglos me parece que está durando este fiestorro. En mis "cienes y cienes" de años de duende, naide ne nenguno, me había hecho trabajar tanto.

Ale, ale, pase p'a dentro, Mister Cole, que le pongo un copazo de apañaentuertos regenerativo y de paso, le cuento la nochecita que m'han dao, antes de que reaviven las hogueras y sigan con el sarao.

Pencho el Duende ©

Allá en La Taberna…


***


Lolilo leilo… leilo… leilo... Loleilo lo laaa... ¡Qué contento estoyyy…!

¡Qué exitazo de aquelarre, más enduendado! Yujuuuuuuuuu…
Y todo gracias a mi innata duendería y sabiduría tabernera, el arte mágico de mi buen hacer. A mi…
-Penchoooooo…-que le vociferó “dulcemente” Fivita, tras él, pelín decibelios estridentes de más.
- Je je je… Vale, vale, Fivita… Y también gracias a ti, gracias a tiiiiii…
Éste revoltijo de meiga vampiresa hechicera, nena dilécta de la poética, no me pasa una ¡Relimoncejos!

-Mírala ella, que si p'arriba, que si p'abajo, que si achuchando al Pencho pa que no falte de ná, que si danzando en la hoguera, que si ahora, ronda de chupitos pa tos, que si ... Ufff... Me tié agotáo con tanto trajín.
Y ahora, encima, persiguiéndome hasta la bodega. Mírala... Si yo fuera el insigne mago Julito Iglesias, le cantaría eso deee...


Bajando a la bodega
por la escalera viene bailando
arrastra calabazas
y de buen vino las va llenando
con aires de aquelarre
moviendo la cintura
el látigo en la mano
por si me paro darme una zurra
tiene cosas de hada
tiene cosas de meiga
tiene cosas de maga
de hechizo y magia que da esta tierra
baila, Fivita, baila
que no me dejas ni a luz ni a sombra
tira p’al Aquelarre
y deja que me esconda
venga, Fivita, venga
que reventáo, me tienes, mona

Ayyy... ¡Qué cruz! Menos mal que estoy eufóricamente feliz, que si no...

Pencho el Duende ©

Allá, escondío en La Bodega, disfrazado de barrilico espirituoso...


***


¿TRABAJAR?, Trabajar…dices,
A ver…mi querido Pencho
Si cuando empezó el sarao,
tú te fuiste hacia dentro
al fondo de la bodega
a por el vino selecto;
e ibas acompañado:
llevabas colgada al cuello
a una bruja del sur
(en alegre coqueteo)
Y cuando al fin regresaste
¡¡¡Oh Duende del Limonero!!!
venías descamisado
y te faltaba el aliento…
Te salva, que eres guapo,
cortés, alegre y atento
y sirves unos mejunjes
que levantan a los muertos;
sobre todo nos alegras
con tu toque de flamenco.

Y por eso yo te digo :
“Te quiero mi lindo Pencho
como nadie te querrá”

Como el navío a su mástil,
como la ola a su mar.
Con un cariño tan grande
que no se puede aguantar,
sólo mirarte esa cara
ya me hace suspirar.
Voy corriendo a la bodega
para poderte abrazar
y decirte entre susurros…

¡¡¡PENCHO, PONTE A TRABAJAR!!!

Phoeby ©

Jajajajaja, Es broma mi querido Duende, debo reconocer, que aunque me quieras convertir en manojo de hortensias, eres lo mejor del mundo mundial, y me mimas demasiado. Anda ponme una tacita de “queimada” que hoy tengo ganas de algo que me levante el espíritu…



***


Ya las brujas me han calado.
Debo estarme haciendo viejo,
pues pensaba engatusarlas
y después ¡prenderles fuego!

Fue seguro la frambuesa
lo que no coló del cuento,
y la meiga vampirucha
que de tonta, ¡ni dos pelos!

Yo no pierdo la esperanza
de obtener lo que deseo,
así sea en esta fiesta
o en nuestro próximo encuentro.

Cole ©

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